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LA FAMILIA A LA QUE AYUDÓ MARADONA: «Yo conocí a Diego y me salvo la vida»

Una gran historia que muchos no conocían se hizo viral en las últimas horas luego del fallecimiento del campeón mundial Diego Armando Maradona. Se trata de la familia boliviana a la que ayudó Maradona y salvó la vida de una de sus integrantes.

«Yo conocí a Diego y me salvo la vida», escribió Josefa Sara Larama, en su muro de las redes sociales.

Mi papa se llama Hugo, mi mamá es Nancy yo soy Sara y mi hermano VH.

Josefa Sara Larama, en contacto con Bolivia Al Aire TV, afirmó que la imagen es parte de la historia de su familia y es la única foto que se sacaron en Buenos Aires de esa época.

«Tenemos una foto del día que salimos del hospital estábamos sentados en la acera esperando taxi… estábamos pequeños, mi hermanito y yo junto a mis padres», afirmó Sara.

EL HERMOSO RECUERDO QUE SE HIZO VIRAL GRACIAS SARA

Yo conocí a Diego y me salvo la vida.

«Yo conocí a Diego y me salvo la vida»

Por: Josefa Sara Larama

Con apenas 8 meses de edad hace 40 años fui diagnosticada con una endocarditis bacteriana, el corazón dilatado hasta el estómago y los pulmones atrofiados, patología congénita hereditaria con la cual nació también mi hermanito mayor.

En 1978 no había hipótesis de que en Bolivia puedan hacer algo para salvar a dos niños que necesitaban una operación a corazón abierto. Mis padres en toda su angustia decidieron arriesgarlo todo y viajar a la Argentina en busca de ayuda médica.

Le toco a mi mamá el viacrucis de ir sola por tierra con dos niños enfermos, mientras mi papá se quedaba en Bolivia trabajando y tratando de conseguir dinero para nuestra operación.

Una vez allá habiéndolo vendido todo y prestado todo lo que se podía, el dinero ya no existía… fueron semanas de espera y miedo para unos padres que no sabían si sus hijos estarían con vida un día más…
Una mañana a dos días de haber sido programadas nuestras operaciones en un Hospital de Buenos Aires, mi mamá se encontraba exhausta sentada en la misma silla en la que durmió durante tanto tiempo a lado de nuestras camas en el hospital, ella debía bajar a los depósitos del hospital para partir hielo, tres veces al día y de alguna manera poder pagar el oxígeno al que estábamos conectados permanentemente. Fue entonces que una visitadora social consiguió que vía teléfono le hagan una entrevista a mi mamá para pedir ayuda a la colonia boliviana en Argentina, necesitábamos sangre y oxígeno, ya no teníamos posibilidad de sobrevivir. Mamá no recuerda mucho después, el estado de shock y la permanente tristeza la tenían perdida en tiempo y espacio.

Al día siguiente, el hospital tuvo que lanzar un comunicado urgente, en el que pedía a la colonia boliviana, se dirijan a otros hospitales a donar sangre, ya que su banco había colapsado por la cantidad de donaciones que hubo en tan solo media mañana. Mamá no bajo a picar hielo.

Muy temprano mientras aun no pasaba la guardia, mi mamá se encontraba dormitando en su silla, faltaba poco para que pueda darme leche con gotero y a mi hermanito con cucharilla; de pronto ve un movimiento extraño en la sala de pediatría intensiva… gente apresurada entraba estirando cables, luces, había un alboroto en los pasillos, de pronto entra un muchacho, delgado y con la cabeza llena de rulos, que se acerca a mi mamá y tras de él un millón de cámaras de televisión, era Diego, el Pelusa.

Mamá no entendía que pasaba, ese joven le entrego una enorme pelota de juguete para mi hermano y para mí una muñeca de casi un metro que aún conservo. Le decía que él sabía que era pasar necesidad, que él nació pobre, que su vieja pasaba por cosas terribles para sacar adelante a su familia, que sabía que era pasar hambre y que ya no llorara, que todo estaría bien.

Diego llamo a la gente del hospital y pidió nuestro kardex, emitió un cheque y pago todo lo que debíamos, pago nuestra operación en su totalidad y dejo lo necesario para que podamos estar tranquilos y en su momento volver a Bolivia.
Nos operaron en diciembre de 1978, para Reyes del año siguiente Diego envió un camión de juguetes para todo el hospital. Durante años fueron y vinieron tarjetas de navidad, regalos y llamadas, hasta que la vida nos fue alejando, pero nunca dejo de estar en los rezos de mis padres y en la gratitud eterna de mi familia.

Hoy se fue, donde se van los justos, los nobles, los eternos, los inmortales, los inolvidables, aquellos fundamentales.

Me dueles Diego, nos hará falta tu sonrisa, tu alegría, tu humanidad, me consuela saber que eres libre, que vuelves a correr entre las nubes y que están todos felices de recibirte.
Desde esta esfera escucharas siempre la ovación de tu gente, de tus seguidores, de cada uno de los que te amamos y guardaremos siempre en cada grito de gol.

¡TE FUISTE MI DIEGOOOOO!

¡Gracias por este CORAZÓN!
¡Gracias por este AIRE!
¡Gracias por esta VIDA!

Celebró tu vida, tus pasos y tu día a día.
❤️ Te amo 🙌✨

«Mi papa se llama Hugo mi mamá es Nancy yo soy Sara y mi hermano VH. Somos de La Paz pero ahora vivimos en Cochabamba», finalizó Sara

A Maradona a demás de su gran talento como futbolista, se le destacan varias cosas, entre ellas de no haber olvidado su origen y siempre que pudo, brindó ayuda a los necesitados.

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